PIER, que decidió no tocar su ultra archi mega conocido hit Sacrificio Rock & Roll pero que se apropió del escenario e hizo saltar unas cuantas miles de almas, RATONES PARANOICOS, veteranos del rock local que tocaron bajo el sol y defendieron sus banderas, LAS PELOTAS, con un show de calidad, ya sin su antiguo vocalista Alejandro Sokol, que cantó por última vez en el Quilmes Rock, y con la participación de un Roberto Pettinato recatado que le sacó brillo a su saxo.
Caso aparte fue THE CULT, la banda de hard rock inglesa a cargo del cierre de la jornada. El show fue indiscutiblemente brillante. El sonido más que digno, a pesar de algunas fallas técnicas al principio del recital. Pero su líder Ian Astbury, histrionismo aparte, tuvo el clásico problema del rockstar cliché.
Parece que el cantante estuvo releyendo el manual del buen rocker. Y lamentablemente lo puso en práctica. Las Chicas Superperiodísticas estuvieron ahí, y suponen que debe haber leído algo más o menos así:
Paso 1: aprende palabras en su idioma (este paso hizo que ….. nos deleitara a todos con un concierto de sinsentidos como “Uuuhh… Lunaaaa!!... ¿Por quéééé?.. Bocaaaa!!... Independienteeeee!!!... Beeellgraaaanooo!! ‘¿¿¿???’).
Paso 2: no olvides de mostrarte hostil con el público por momentos. Estudios han demostrado que eso lo excita y lo hace vibrar!!! (y el simpático inglés se burló de los argentinos despachándose con un par de dedos haciendo “Fuck you” y un “This is bullshit”, esto es una mierda, cuando los seguidores coreaban un “Olé, olé olé olé, The Cult, The Cult”).
Paso 3: demagogia. ¡No olvides la demagogia! Dedícale una canción a un ídolo de ese país (y el pobre Astbury gritaba “Dieeeego… Dieeego Maradooonaaa… Esta canción se la dedico a Dieeego Maradooonaaaa… como si Diego lo estuviera mirando desde el pogo exigiendo un temita).
Paso 4: peléate con alguna bandita anterior (“Agarremos a Dave Matthews y hagámoslo mierda”, pareciera haber dicho Astbury, que le dijo al público que ya habían tenido demasiado de los estadounidenses Dave Matthews Band, y le dedicó irónicamente a su colega el tema “Love renoval machine”).
Paso 5: droga. Mucha mucha droga. Pero mucha. (Entonces, las luces del escenario se apagaban a cada rato, Ian Astbury desaparecía, y cuando volvía se delataba inspirando bien hondo por la nariz).
Astbury siguió los pasos al pie de la letra y se convirtió en el rocker cliché del nuevo milenio. Felicitaciones para él.
Por Magalí C.
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